La constante innovación tecnológica, las nuevas expectativas de los consumidores y la necesidad de ofrecer soluciones más sostenibles, están impulsando una revolución en el sector de la automoción que requiere ya de nuevas habilidades y perfiles profesionales en el sector.

La forma en la que nos movemos cada día está cambiando, al igual que lo hacen las industrias manufactureras y todas aquellas que tienen relación con ellas; lo que supone un amplio abanico de oportunidades de empleo a distintos niveles. Como individuos, estamos rodeados de evidencias que nos muestran estos cambios a diario, tanto en las carreteras por las que viajamos como en los titulares que leemos.

La lenta pero segura metaformosis del motor de combustión tradicional a un motor eléctrico está ahí, lo que genera una necesidad urgente de nuevas habilidades y, en última instancia, plantea  la llegada de nuevos roles al sector. La inteligencia artificial, la conectividad avanzada y la última tecnología en los vehículos que utilizamos, están creando un nuevo capítulo en lo que respecta a las habilidades y a los perfiles de empleados del sector automoción.

Pero eso no es todo. La necesidad de nuevas plantas de producción en términos de capacidad y localización es cada vez más evidente. Las antiguas fábricas de automoción se están convirtiendo en las denominadas gigafábricas, que convierten cadenas de suministro complejas en espacios limitados que producen una mayor eficiencia para los conglomerados globales. Al hacerlo, las empresas invierten habitualmente en regiones que son más receptivas y que buscan un impulso a su desarrollo, además de aprovechar las tradiciones culturales y las habilidades arraigadas en el patrimonio industrial local. El resultado final es un menor impacto ambiental, así como una mejoría en los procesos de producción, que conducen a una sostenibilidad integral para el medio ambiente y a la satisfacción de los empleados.

Esta transición desde la perspectiva de la ingeniería del trabajo del acero hacia la tecnología, provoca un cambio en la cadena de suministro y reduce las emisiones. Esto, a su vez, desplaza los requisitos de personal de los puestos tradicionales de ingenieros mecánicos y trabajadores de la planta hacia roles digitales y de inteligencia artificial para los perfiles más cualificados, mientras que en los puestos de operarios será cada vez más necesario realizar ciertas tareas de programación de computadoras y dejando de ser tan exigentes físicamente.

Por ello cobrará cada vez más importancia la formación de los trabajadores del sector de la automoción para que adquieran las habilidades necesarias para reciclarse, adaptarse y reinventarse para seguir siendo relevantes en la industria. Por ello, las empresas del sector tienen la responsabilidad de invertir en ese ejercicio de capacitación, pasando a desempeñar desde las universidades y escuelas técnicas un papel protagonista, dado que serán vitales a la hora de ofrecer cursos relacionados con los requisitos de habilidades identificados.

Nuestro mundo está cambiando, y lo está haciendo rápidamente. Para el año 2030, según el informe “Automotive 2030: Racing Towers to a digital future”, del IBM Institute for Business Value, se espera que de media una persona tenga al menos 15 dispositivos que requieran de conexión. Esta transición llega también al sector de la automoción; hasta el 15 % de los coches nuevos podrían ser autónomos, y el software representará el 90 % de la innovación de los vehículos. Uno de los principales conceptos de futuro se basará en las siglas ACES creadas por el Centro de Investigación Automotriz: Autónomo, Conectado, Eléctrico y Compartido. Las cadenas de suministro, completamente rediseñadas, deberán adaptarse a este nuevo concepto ACES tanto en términos de nuevos materiales, fuentes de suministro, modelos organizativos como, por supuesto conjuntos de habilidades. Hay un hecho que confirma este cambio: si observamos las palabras que constituyen el acrónimo ACES, vemos que no hacen referencia a ningún elemento mecánico, lo que muestra cómo estas habilidades van a cobrar cada vez una relevancia  menor.

La digitalización es el futuro y las habilidades en la industria están evolucionando en todos los niveles profesionales. La industria 4.0 es clave, los roles mecánicos están disminuyendo y hay un aumento en la demanda de ingenieros y trabajadores especializados en IA e IoT.

Para Gi Group, después de años especializados en ofrecer soluciones globales de RRHH a empresas del sector automoción, hemos obtenido el bagaje necesario para alcanzar un profundo conocimiento de la industria automotriz, entendiendo sus necesidades y encontrando los perfiles más adecuados para cada país y cultura.  Por ejemplo, países como Eslovaquia, Polonia y la República Checa ofrecen oportunidades profesionales para operarios e ingenieros de todas las edades, dado que cuentan con la tasa más alta de producción de coches por habitante del mundo, sin embargo es habitual que muchos de estos profesionales prefieran desarrollarse profesionalmente en otros países como Alemania, Francia o el Reino Unido. Desde Gi Group, a través de nuestra solución Global Mobility ayudamos a importantes multinacionales de la industria de la automoción a encontrar el talento que necesitan en casos de perfiles o zonas de difícil cobertura, tanto en territorio nacional como internacional, superando así cualquier tipo de barrera geográfica.

Vivimos un momento único, marcado por la transformación digital y la innovación constante. Esto hace que todos los sectores tengan que reinventarse, y el de la automoción no es una excepción. El cambio ya ha llegado, y traerá consigo multitud de oportunidades de trabajo, pero la formación continua y adaptada a las nuevas necesidades de la industria serán imprescindibles para no quedarse atrás.