El estrés es una de las principales causas de baja en el ámbito laboral, de ahí que le dediquemos la acción del mes a combatirlo
En alguna ocasión todos hemos sentido que el trabajo nos ha superado y nos hemos estresado. Esa sensación, que en la actualidad es una de las principales causas de baja laboral junto con la ansiedad y la depresión, se relaciona estrechamente con la reacción que nosotros tenemos ante las situaciones adversas en el ámbito laboral.
Es importante ser conscientes de que nuestro estrés no depende sólo de factores externos, de la presión que sintamos o de las tareas que tengamos que ejecutar; sino que somos nosotros mismos los que muchas veces convertimos esa presión en un mal mayor en lugar de transformarlo en un elemento motivador.
Pero… ¿Cómo lograrlo?
El Ministerio de Trabajo recoge en un amplio informe algunos consejos para la correcta gestión del estrés en el trabajo. Te los resumimos a continuación:
- Varía de tarea: Si tienes que realizar actividades muy monótonas y repetitivas quizá sería recomendable alternarlas con otras que puedan resultar más entretenidas. Por el contrario, si el trabajo es muy complejo y requiere mucha concentración, puedes alternarlo con otro que resulte más sencillo, dejando así “descansar” la mente.
- Gestiona correctamente tus pausas: Intenta descansar por lo menos diez minutos cada dos horas y en todos los descansos que hagas procura desconectar del trabajo por completo: hablando con tus compañeros de los planes que tienes para el fin de semana, sobre algún hobby…pero nunca sobre trabajo!
- Respeta tus horarios biológicos: Dentro de lo posible procura respetar las horas de sueño, comidas y actividades de ocio. ¡Que el trabajo no influya en tu rutina biológica!
- Apóyate en tus compañeros: pide ayuda cuando te veas desbordado, si tienes gente a tu cargo confía en ellos y delega algunas de tus tareas…, el trabajo en equipo es mucho más rico a la par que se reparte la responsabilidad.
- Establece pequeñas metas motivadoras: divide un trabajo complicado en diferentes tareas para que puedas motivarte al sentir que vas consiguiendo objetivos. Este truco te ayudará en la gestión del estrés.
- Recurre a técnicas de relajación. Ante situaciones de estrés nuestro cuerpo se pone “alerta”: aumenta el ritmo cardíaco y de respiración, se eleva nuestro tono muscular… La relajación o cualquier tipo de actividad de relax, aunque sólo sea unos 10 minutos al día, aumentará nuestras defensas contra el estrés. Una técnica sencilla de relajación que podemos practicar en el lugar de trabajo para relajarnos y eliminar tensiones consiste en cerrar por un momento los ojos y visualizar lugares que nos inspiren paz: un río atravesando bellos paisajes, las olas del mar golpeando sobre la arena… al abrir de nuevo los ojos seguro te sentirás más relajado.
- Controla tu respiración: ante situaciones de estrés nuestro cuerpo tienda a hiperventilar con una respiración rápida, acelerada y superficial que contribuye a aumentar nuestros niveles de estrés. Un control correcto de la respiración es una de las estrategias más sencillas y potentes para hacer frente a una situación estresante. La técnica de respiración más sencilla consiste en inhalar aire por la nariz y mantenerlo unos segundos en los pulmones para luego expulsarlo por la boca.
- Predice las situaciones que pueden generarte estrés, visualízalas y fija la mejor forma de actuar cuando lleguen. Por ejemplo cuando recibas una llamada de un cliente difícil de tratar, que habitualmente te genera estrés, antes de coger el teléfono piensa: probablemente me ponga nervioso/a esta llamada, tengo que mantener la calma, no alterarme y evitar pensamientos negativos. Es decir, has de tomar conciencia de las causas de tu estrés y sustituirlas por una idea racional y objetiva, procurando que te afecte lo menos posible.
- Mantén otros hábitos de vida saludable, como una alimentación adecuada, dormir lo suficiente, dedicar tiempo de tu día al ocio o al deporte… Busca actividades que te permitan desconectar por completo y no pensar en el trabajo, que sean divertidas para ti y no un sacrificio. El yoga por ejemplo es una buena opción para poner en práctica gran parte de las técnicas explicadas.
Esperamos que estas pautas puedan ayudarte en tu día a día laboral, gestionando el estrés que la rutina en el trabajo pueda ocasionarte.