A pesar de que los datos de paro registrados en el mes de julio reflejan un descenso en 197.841 personas, aún tenemos en nuestro país una tasa de desempleo preocupante, con una cifra que alcanza los 3.416.498 personas sin trabajo. Con una pandemia aún latente que ha cambiado de manera notoria el mercado laboral y la forma de trabajar, la mayoría de las empresas están empezando a solicitar ciertas habilidades a la hora de contratar. En Gi Group apostamos por la formación como una herramienta necesaria para aumentar la empleabilidad, que facilite la búsqueda de trabajo.

En la actualidad las empresas se enfrentan a un nuevo escenario, altamente competitivo, que les obliga a contar con trabajadores que no solo tengan las competencias técnicas necesaria para desempeñar su labores, sino que además, presten atención a las conocidas como soft kills, o habilidades blandas, que les permitan ser valiosos para sus empresas.

Con una pandemia en nuestras vidas, la capacidad de adaptación para saber afrontar las situaciones cambiantes, y la resiliencia ante las adversidades, resulta fundamental. De la misma manera, las empresas confían en aquellos trabajadores que se identifican con su cultura corporativa, creyendo en su misión y en sus valores. Todo ello permite conseguir empleados más motivados, productivos, al margen de fomentarse la retención del talento.

Además, con el teletrabajo tan presente hoy en día, contar con profesionales que sepan trabajar en equipo, colaborando con los compañeros y dispuestos a enfrentarse a nuevos retos, es otro de los aspectos en los que posiblemente más se fijen las compañías en los tiempos que corren.

De igual manera, la creatividad y la empatía, junto con la capacidad de tomar decisiones basándose en el análisis de los datos y las habilidades digitales, se han vuelto del todo imprescindibles.

En este sentido, la formación resulta de gran ayuda para mantenernos reciclados y ser siempre atractivos para las compañías. De hecho, la formación constante no solo es importante a la hora de buscar trabajo, sino también para nuestro desarrollo personal y profesional.

Entre las ventajas que tiene la formación, nos encontramos la de aportar valor a nuestro perfil profesional, la de  incrementar nuestra motivación, nuestra confianza y nuestra satisfacción con el trabajo, la de mejorar las condiciones laborales, además de permitirnos ser más productivos y competitivos.

En cuanto a los tipos de formación que podemos encontrar, esta puede ser de carácter subvencionado, de carácter privado o la podemos conseguir a través de las propias empresas. Sin duda, mantenerse formado y atento a las tendencias laborales que vayan surgiendo es la clave para alcanzar el éxito profesional.

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