Según datos aportados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), en el 2018 más de un millón de trabajadores dejaron su empleo para cuidar de familiares dependientes y más de 200.000 tuvieron que pedir una reducción de jornada laboral. De ellos, el 70% fueron mujeres. Hoy en día resulta muy complicado el poder conciliar la vida laboral con la personal, de ahí que para muchos, la única solución para poder compaginar el día a día con el trabajo sea la de solicitar una reducción de jornada. En Gi Group queremos orientaros acerca de cómo pedirla y de todo lo que eso conlleva.
El ritmo de vida que llevamos en la actualidad dificulta la conciliación de la vida familiar y laboral, más aún si somos responsables del cuidado de personas dependientes o tenemos menores a nuestro cargo. En estos casos, la solución reside en solicitar a nuestra empresa una reducción de la jornada laboral. En el 2018, un total de 146.300 mujeres redujeron su tiempo de trabajo frente a 68.900 hombres.
¿En qué situaciones puedo solicitar una reducción de jornada?
Hoy en día, el mercado laboral nos ofrece trabajos parciales, que nos facilitan el disponer de tiempo para dedicarlo a otras actividades; pero si no es ese nuestro caso y estamos trabajando a tiempo completo, podemos pedir a la empresa una jornada reducida si nos encontramos en alguna de las siguientes situaciones:
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Estar al cuidado de hijos menores de 12 años.
Uno de los motivos por los que existe la jornada laboral es para permitir a los padres el cuidado de los hijos, sobre todo cuando son pequeños. El poder contar con la opción de conciliación facilita mucho la labor de la crianza.
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Estar al cuidado directo de un familiar.
Si tienes algún familiar que necesite cuidados permanentes y no realice actividad retribuida, también puedes pedir la reducción de la jornada laboral. La única condición es que tienen que ser familiares hasta el segundo grado de consanguinidad (abuelos, padres, hermanos, cónyuges o nietos) o afinidad (abuelos, padres o hermanos del cónyuge).
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Estar al cargo de una persona con discapacidad.
Tener la obligación legal de estar al cuidado de una persona con discapacidad física, psíquica o sensorial que no cuente con una retribución también es otro de los supuestos legales que permiten la reducción de la jornada.
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Contar con hijos menores de 18 años enfermos.
Si desgraciadamente tenemos un hijo menor de edad que se encuentra hospitalizado o bajo un tratamiento de larga duración, también podemos acogernos a la reducción de jornada. La única condición es que la enfermedad o el ingreso quede correctamente acreditado por el Servicio Público de Salud. Con una reducción mínima del 50%, la prestación también se aplica en casos de preadopción.
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Ser víctima de violencia de género.
Si somos víctimas de violencia de género también podemos acogernos a la reducción de la jornada de trabajo o a la reorganización del tiempo del mismo.
¿Qué debo hacer para solicitar la reducción?
Una vez cumplidos los requisitos para tener derecho a la reducción de jornada laboral, es importante determinar cómo hay que solicitarla a la empresa, teniendo siempre en cuenta que el salario se reducirá en la misma proporción que se reduce la jornada.
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En primer lugar hay que presentar una solicitud a la empresa, que tiene la obligación de concedérsela. En caso contrario puede recibir una demanda por parte del trabajador y verse obligado a pagar una indemnización. Como consejo, la solicitud debería hacerse por escrito, con el objetivo de dejar constancia del día y el contenido de la reducción solicitada.
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Además, la empresa tiene la obligación de comunicar los cambios a la Seguridad Social, ya que durante el período de reducción se cotiza igual que con la jornada completa y se mantienen en su totalidad las prestaciones por jubilación, incapacidad permanente, maternidad y paternidad durante los primeros dos años.
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Por último, hay que saber que un trabajador no puede ser despedido si está disfrutando de una reducción de jornada, considerándose el despido nulo y viéndose la empresa obligada a readmitirlo.