Siempre que estamos ante un entrevistador nos encontramos con alguna pregunta a la que nos cuesta más responder. Normalmente, además de factores como el lenguaje corporal, el contacto visual o la calidad de nuestras respuestas, son esta especie de preguntas trampa las que nos hacen estar dubitativos o incluso no ser elegidos.
Por eso, es muy importante llevarlas preparadas para de esta forma sentiremos más seguros a la hora de contestarlas. En Gi Group, hemos destacado diez preguntas que podrían denominarse trampa, habituales pero difíciles de contestar, y te damos las claves para poder resolverlas.
1.Defectos y virtudes
Generalmente te pedirán que detalles algunas fortalezas o virtudes, y algunas debilidades o defectos de ti mismo. Es fundamental nunca indicar algún defecto que te impediría realizar correctamente el puesto al que postulas. Por otro lado, tenemos que procurar explicar al entrevistador qué solución hemos encontrado para evitar que este defecto nos afecte a la hora de trabajar. Ejemplo: «soy una persona muy despistada, pero he logrado que nada se me escape gracias a mi agenda, la llevo conmigo a todas horas.»
2.Háblame de ti
Este punto no está hecho para que contemos toda nuestra vida, sino aquellos detalles que interesan a nuestro entrevistador destacando cualidades que nos hagan parecer atractivos para el puesto y la organización. Hablar de nuestra experiencia y educación es lo más común pero siempre podemos aportar algo más.
3.¿Dónde te ves en los próximos cinco años?
Esta pregunta pretende conocer cuál es tu motivación con respecto al puesto de trabajo para el que postulas. Es decir, saber si es lo que estabas buscando a largo plazo o simplemente hasta «encontrar algo mejor». No existe una respuesta correcta, dado que la empresa puede estar buscando alguien para un puesto de continuidad, pero también alguien temporal. Por ello nuestra recomendación es que respondamos de forma sincera.
4.¿Con qué tipo de jefe te gustaría trabajar?
Únicamente ofrece una respuesta objetiva, del tipo: «me gustaría trabajar con un jefe abierto a las nuevas ideas, que sepa delegar cuando se necesite, así como democrático, que tiene en cuenta la opinión de todos los que le rodean.»
5.¿Qué destacar de nuestro peor jefe?
Aquí debemos tener cuidado, y nunca hablar mal de nuestro anterior supervisor, dado que ésto nos puede hacer caer en la trampa. Para responder entonces, puedes ser imparcial y contestar diciendo algo del tipo: «He tenido supervisores muy diferentes y de unos he podido aprender más que de otros. Es por ello que quizás para mí lo peor de un jefe sea que no me haga partícipe de los proyectos, objetivos o decisiones en los que el departamento está inmerso, frenando así en cierta medida mi crecimiento profesional».
6.¿Estás participando en otros procesos de selección?
Si estamos en más procesos no hay ningún problema en decirlo, siempre sin dar el nombre de la empresa, y si nos lo piden contestando que nos han pedido confidencialidad. El estar haciendo entrevistas denota que no has tomado aún ninguna decisión y que tienes la puerta abierta al puesto para el que te están entrevistando.
7.¿Por qué finalizaste tu relación profesional con la empresa X?
Esta es una de las preguntas trampa que más miedo suelen darnos a la hora de responder. Nuestro consejo tanto si causaste baja voluntaria como si se trató de un despido, es que digas la verdad, pero siempre de una forma estudiada. Es una de las preguntas que debes de llevar más preparadas.
Aquí algún ejemplo de respuesta en caso de baja voluntaria: «Decidí causar baja voluntaria porque me sentía algo estancado/a en mi puesto de trabajo y dadas las casuísticas de la empresa era muy difícil cambiar de funciones o promocionar».
En caso de despido, si es por motivos relacionados con la situación de la empresa puedes ser totalmente sincero (ejemplo casos de ERE, crisis económica en la compañía…). Si por el contrario es por algún motivo más personal, por ejemplo por la mala relación que tenías con tu supervisor puedes decir algo del tipo: «Hubo un cambio de dirección en el departamento al que pertenecía y mi perfil profesional no encajaba del todo en los planes que el nuevo responsable tenía previstos».
8.¿Qué aportamos a la empresa o al puesto en lugar de otro candidato?
En este punto es recomendable que ofrezcamos una visión de nuestros logros, con puntos específicos del currículum relatados con precisión y detalle que denoten nuestras competencias profesionales.
9.De poder elegir una empresa donde trabajar, ¿cuál sería?
Dado que estamos hablando de obtener un puesto de trabajo en una empresa concreta, no convendría mencionar otra que no sea esa misma. Es por ello que debemos dar una respuesta genérica, del tipo «me gustaría trabajar en cualquier empresa que me ayude a crecer profesionalmente a la par que trabajar en un buen clima laboral, donde pueda sentirme cómodo.»
10.¿Tienes alguna pregunta?
Esta es de las que engañan. La respuesta correcta es “sí”, y la debes aprovechar para realizar alguna pregunta que te haya quedado pendiente (condiciones laborales, próximas fases del proceso selectivo, fecha de incorporación del candidato elegido…) Esto demuestra que tienes interés por entrar y que estás motivado con la vacante.
Todas estas preguntas trampa tendréis que llevarlas bien preparadas a una entrevista de trabajo, de tal forma que podáis decir siempre la verdad, pero de la forma más profesional posible. Pero cuidado…preparar las respuestas no significa tampoco memorizarlas literalmente, porque podríais perder naturalidad, perdiendo así credibilidad.
En definitiva, debemos demostrar que somos aquello que están buscando, además de incidir en nuestras ganas de aprender y de crecer con la empresa. Halagar nunca viene mal ya que si estamos realizando dicha entrevista es porque la empresa nos atrae, siempre siendo objetivos e imparciales, sin dejarnos llevar por emociones o por el hecho de que sea alguien joven quien nos entrevista y por ello más informal o desenfadado.